Activa tu propia
Química Curativa y entrena tu mente y tu poder para sanar
¿Qué es en realidad el
cáncer, la gastritis, la artritis, las enfermedades de piel, pulmón, corazón,
intestinos, etc.? Son sólo quimica en tu cuerpo. Son sólo quimica.
Tu Quimica Curativa.
Es el término que vamos a usar para empezar a entrenar el poder de tu mente.
Los seres humanos tenemos la capacidad de sanar nuestros cuerpos e incluso
poder ayudar a sanar a los demás, a los animales, las plantas, etc. Tenemos
este talento desde que nacimos, pero no se nos enseña a desarrollarlo ni a
entrenarlo.
El nuevo camino:
activar tu quimica cerebral
Para activar este
poder y empezar a dejar atrás las formas tradicionales o convencionales para
curarnos, sin duda se requiere tener una actitud de exploración hacia nuevos
caminos. Cuando no exploramos o nos dejamos llevar poco a poco hacia lo nuevo,
entonces nos estaremos encontrando con los mismos resultados o incluso más
limitados o carentes.
¿Listo para empezar?
Así que si estás listo
para empezar un entrenamiento de tu poder curativo, lo primero que necesitas
saber son tres cosas:
1-Que la enfermedad no
es nunca un problema ni nada “malo”. Es sólo el efecto de una causa. Y esa
causa es la química que tu cuerpo esta generando. La enfermedad es un camino
para fortalecer nuestra confianza, amor por nosotros y sobre todo nuestro
poder, es decir, el poder de hacer reacciones nuevas y medicinales en nuestro
cerebro.
2-Hay que entender que
el cuerpo es una esponja que absorbe de nosotros la química que enviamos cada
dia. Y lo que provoca la enfermedad es un cúmulo de reacciones en tu cerebro
que empiezan a circular por tu cuerpo y se van manifestando.
3-Para curar el
cuerpo, hay que simplemente cambiar la química de tu cerebro, y la que se pone
en circulación todos los días en el. Tu cerebro elabora cantidad de reacciones
diariamente. Unas no son voluntarias, como la química de la digestión o la del
páncreas y otras funciones.Pero hay una química que tu si puedes influir y
sobre la cual tienes voluntad, es básica y fundamental para que el cuerpo
funcione de forma óptima y grandiosa: la química de lo que sientes y piensas.
Tus pensamientos provocan quimica todo el tiempo.
Tu propia química
Curativa
Para activar tu propia
química curativa necesitas un laboratorio muy especial, extraordinario. Pero no
te preocupes que no cuesta nada y lo has traido pegado encima de tus hombros
todo este tiempo: se llama cerebro. Tu cerebro un lugar mágico que tiene una
capacidad asombrosa para elaborar prácticamente cualquier sustancia, líquido o
elixir que necesites para crear cosas que necesites o quieras y para sanar o
rejuvenecer el cuerpo, si le das los elementos necesarios para hacerlo.
Sin embargo, cuando
has estado tomando muchos medicamentos, la capacidad del cerebro para
elaborarlos se empieza a volver floja, pues los estas tomando de afuera. Tu
cerebro dice: “¿Y para qué trabajar si ya me lo dan de afuera?” Asi que aplica
la ley del menor esfuerzo y se duerme. ,Y la capacidad o poder que tiene para
sanarse a si mismo se desactiva o debilita. Musculo que no se fortalece se
atrofia. Luego, necesitas mas medicamento, porque el cerebro está débil para
hacerlos y por eso a veces la enfermedad se agrava, y se necesita más medicina.
Por eso es tan
importante siempre que se pueda empezar con las terapias naturales antes de
correr al botiquín por un medicamento, y no dejar de tajo las medicinas antes
de que se entrene bien tu cerebro para que el las elabore por si mismo.
Las terapias
naturales, las plantas, los tes, la comida, también es química, y ayuda al
cerebro a estimular su propia química para elaborar lo que se necesita para sanar.
Haz un esfuerzo por empezar a cambiar tu rutina de curación y sigue lo más
natural.
Por eso, si se esta
enfermo de lo que sea, yo sugiero siempre la dieta natural, los tes y el
alimento como medicina, porque es una forma de empezar a activar las funciones
medicinales del cerebro, y este se hace fuerte y resistente incluso a las
enfermedades, es decir, se fortalece y activa su poder curativo.
Además de la química
del alimento que ayuda a generar líquidos medicinales en tu cerebro, te sugiero
entonces empieces a darle más fuerza a tu entrenamiento mediante el trabajo de
la forma en cómo ves la vida.
Química en tus
reacciones
La forma en cómo vez
la vida es el resultado de la forma en cómo te han enseñado, en cómo has vivido
y concluido con tu razonamiento las experiencias. Pero… ¿Sabías que cada vez
que reaccionas ante algo, es que justamente hay una reacción química equivalente
que se elabora en tu cerebro? Es decir, que si reaccionas con disgusto, con
miedo, con preocupación, eso solo tiene una reacción equivalente en tu cerebro.
Las emociones son sólo
reacciones bioquímicas que viajan por tu cuerpo. Cuando esta química no es
óptima, entonces empezara poco a poco a enfermar el cuerpo. Por ejemplo: la
química del enojo o del miedo tienen ciertos elementos que pueden dañar ciertos
órganos o sistemas como el hígado, la piel, los intestinos, las articulaciones,
etc. Las dosis del líquido del enojo pueden provocar elementos nocivos que van
estropeando y debilitando tus sistemas.
Ahora bien. Eso no
significa, ojo, que no tienes que enojarte. ¡Claro que no! Puedes enojarte
cuando así lo sientes y ser muy espontaneo, pues… Como se trabaja en un
laboratorio, si no es con reacciones? Si evades, maquillas o disfrazas el
enojo, entonces no tendrás claro los elementos con los cuales tienes que
trabajar.
Trabaja con los
elementos en tu vida
Imagina que la persona
que te enoja es un elemento químico y tu otro. Cuando “chocan” o se enfadan,
irritan, etc., es porque los dos lo provocan. No puede ser que sólo el otro
elemento (la otra persona) provoque una reacción. Ambos elementos lo hacen.
Ahora bien. Cuando la
reacción es intensa, es que los elementos son muy, digamos inflexibles ante el
otro elemento. Entre más inflexible es un elemento (la persona), mas fuerte
será su reacción ante el otro elemento, y más intesno lo sentira.
Así que, cuando te
enojes con “otro elemento”, no debes aguantarte la reacción porque esto sería
ser hipócrita o sumiso. Debes permitirte la reacción sin juicio y “explotar”
hasta donde te guste. Claro, yo te sugiero no sea muy cerca del otro elemento
por tu seguridad y la del otro, aléjate mejor un poco y has tu explosión o
regadero de emoción en un lugar a solas para que los desastres sean los
menores, porque si no podría haber en verdad un choque fuerte, o una explosión
nada conveniente pues podría dañar ambos elementos.
Luego de hacer
explosión, no necesitas ver todos los defectos o inflexibilidades del otro
elemento. Lo que necesitas sin duda es ver los elementos en ti que están
provocando este choque.
No cambies al
hidrógeno… cambia tu
Recuerda que estamos
trabajando para activar tu poder curativo, así que no necesitas ir a cambiar al
otro “elemento” para tu estar bien, porque eso sería como querer cambiar una
molécula de hidrógeno para que el oxigeno (tu) no reacciones más ante otros
hidrógenos. En cuanto te encuentres de nuevo con un par de dichosos hidrógenos
más, te harás mas que agua… y volverás a reaccionar.
Así que vamos a
empezar nuestro entrenamiento apuntando que cosas te hacen reaccionar en tu
vida, pues esos son los elementos con los que hay que trabajar para empezar a
hacer circular química medicinal y mágica en tu cuerpo.
¿Te hace saltar la
indiferencia? ¿No te gusta cómo te hablan los demás? ¿Eres muy sensible ante el
rechazo o la aceptación ajena? ¿Tienes miedo a que suceda algo? Obsérvate muy
bien y apunta todo esto en un cuaderno especial.
Sé el elemento que
quieres ser y deja a los otros elementos con sus reacciones, explosiones y
diarreas emocionales o quimicas, pues tienen derecho a serlo y sentirlo.
Concéntrate en tus elementos reactivos y empezaras a activar una poderosa
quimica medicinal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario